
Al final solo fuimos Marisa madre
y yo. Bueno pues salimos de Utrera hacia
Madrid a las 6:30 de la mañana del 21 de diciembre. Cuando llegamos al
apartamento de las niñas, para dejar nuestro equipaje, nos fuimos a desayunar
para ir posteriormente a la cola, si
digo bien, pues hay personas que pasan más de 24 horas haciendo cola para poder
entrar, ya que el aforo está limitado a 350/400 personas.

Nosotras nos turnábamos en la
cola durante el día para comer o estirar las piernas, hasta la noche donde ya
nos quedamos las cuatro en sacos de dormir, las jóvenes en el suelo, encima de
cartones y las madres en sillas dentro de los sacos, yo particularmente parecía
una crisálida a punto de salir, jajajajaja. En aquellos momentos pensaba en la gente sin
techo, esas personas que pasan la noche en la calle entre cartones con ropa que
recogen, yo que estaba bastante abrigada, con camisetas térmicas, pañuelo,
chaquetón gordo, guantes… sentía el frío de la noche cuando corría el viento en aquella calle donde no había nada donde poder resguardarte de el.
Sobre las 5.30/6 de la mañana nos
dan churros con chocolate, se agradece después de pasar la noche en la calle.
Nosotras llevábamos anís “La Flor de Utrera” y mantecados los cuales repartimos
en la cola, algunas personas lo agradecieron el anís, que por cierto no era conocido. Antes de entrar nos disfrazamos de “buscando a wali”, fue una
odisea lo del disfraz, ya que lo dejamos para última hora y como es normal no encontrábamos
gorros ni camisetas como las de Wali, así que la abuela Kuki nos hizo los gorros,
estuvo hasta las 5 de la mañana haciendo gorros para que Marisa los pudiese
recoger antes de irnos para Madrid, es decir que la pobre estuvo prácticamente todo la noche haciendo gorros de lana. Nos fuimos a Madrid pensando que allí encontraríamos
las camisetas, pero nada más lejos de la realidad. Compramos rotuladores para tela y comenzamos a pintar las
rallas con pero no secaban rápido y pasamos al plan B, pegar trozos
de telas en forma de rayas, buscamos pegamento, pero como eran tantas rallas se nos acabó y empezamos a
coser las rallas, ya que el tiempo corría, estuvimos en la cola cociendo rallas, jajajajajaja. A las 8
de la mañana comenzamos a entrar al teatro, dejando en consigna las sillas, la
comida que nos sobro, etc, ya que está todo muy controlado y no dejan pasar nada.

Otra anécdota fue la aparición de
un joven, nos dio un cartel con la publicidad de unas chuches, y nos dijo que si conseguíamos que la publicidad
saliese por la tele nos mandarían una
caja con chuches a cada una. Bueno pues no recuerdo si salió o no, pero el caso es que Marisa
hija llamo para preguntar por las chuches y nos dijo que no nos preocupásemos que
llegarían, y efectivamente nos mandaron una caja con un variado de chuches,
jajajajaja.
Fue una experiencia inolvidable. No
sabía todo lo mueve la Lotería ni la cantidad de personas a los que le
apasiona ver la en directo Quizás volvamos otro año acompañadas de más madres a las que la rutina no les guste.
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