jueves, 19 de diciembre de 2019

Desde que nací, he vivido en varios lugares, unos más grandes que otros. La mayor parte de mi vida la he pasado en Trajano, una pedanía de Utrera, es un pequeño pueblo de poco menos de mil habitantes, está situado entre Utrera, las Cabezas de San Juan y Los Palacios. Allí vive mí familia y la de Diego, no sé si es bueno o malo, pero no siento el arraigo que tienen mi marido y mis hijos por Trajano, no soy una de esas personas que le tira un lugar determinado, creó que lo único que me tira es ser de está tierra, pero de ningún sitio en particular, quizás por el clima por la gente o por la forma que tenemos de vivir.

Solemos volver a Trajano casi todos los fines de semana. Cuando volvemos siento tristeza. Me fui a vivir con unos cinco años y recuerdo a los padres de mis amigos a sus abuelos y lo que encuentro cuando llego es el paso del tiempo, un tiempo que hace que muchas personas ya no se encuentren, nuestros padres son los abuelos de entonces, nosotros somos los padres y nuestros hijos somos nosotros.

Hay casas vacías donde ya no vive nadie, porque han fallecido o porque se han ido a vivir con sus hijos fuera de Trajano.

Te das cuenta como todo ha cambiado, como han cambiado las personas, como nuestros padres se hacen mayores, te acuerdas de todas las personas que ya no están, pues en un pueblo tan pequeño todos nos conocemos y todos estamos enterados de cualquier cosa que pase, tanto para bien como para mal, pues los secretos allí no tardan mucho en ser publicados, digamos lo así, no sólo faltan personas mayores si no también gente joven que se ha ido por diferente motivos.

Para mí Trajano es un pueblo pequeño, tranquilo y bonito, pero no me siento trajanera, no se si se dice así, y siento si sé puede molestar alguien con mis palabras, no es esa mi intención, pues allí conocí al hombre de mi vida, me case y tuve a mis hijos, pero me gustan los lugares que te den la posibilidad de hacer cosas, de elegir y decidir, sin que nadie éste pendiente de lo que haces o te juzgue por ello.







FIN DE UNA ETAPA


   Hace siete años, empecé a estudiar. Comencé a prepararme el acceso para mayores de 25 años. Tenía muchas faltas de ortografía, sobre todo de tildes, aunque para ser sincera, aún sigo teniendo faltas, yo pienso que tengo un problemilla, pero bueno, como me costaba tanto expresarme a la hora de escribir y para mejorar mis faltas de ortografía, me abrí un blog “MIS COMENTARIOS” para practicar, y donde he estado publicando durante este periodo.

   Después del acceso comencé mi andadura universitaria, he de decir que soy Graduada en Turismo. Creo que he mejorado en estos siete años a la hora de escribir, las tildes es otra cuestión, lo del problemilla lo digo en serio, ya que una de mis profesoras me aconsejo no poner tildes ya que las ponía donde no eran o al revés, bueno soy un auténtico caso, jajajaja.

   Estos años, además de angustiosos por el poco tiempo que tenía, por sentirme un poco fuera de lugar entre tantos jóvenes, donde la mayaría te miran un poco raro, aunque al final vas haciendo algunos amigos, me han dado la oportunidad de aprender muchas cosas, de valorarme más a mí misma, de darme cuenta que con esfuerzo y constancia se consiguen muchas cosas, que no importa la edad que tengas para hacer aquello que has quería hacer y no has podido hacer antes por alguna que otra circunstancia, lo que importa es seguir adelante e intentar finalizar lo que empiezas.

   Siempre he tenido la espinita clavada por no haber estudiado cuando era joven, pensaba que  había perdido una parte importante de mi juventud y quería recuperarla, aunque ahora veo que es muy diferente, siempre hay que estudiar y aprender, pero esa etapa de juventud no la recuperare nunca por muchos estudios que realice, es muy diferente estudiar a los 20 que a los 45.

   Aunque no me arrepiento de estos años ya que he aprendido muchas cosas, he conocido a muchas personas y sobre todo tengo la amistad de Loli, otra mujer, que como yo  se embarcó a estudiar con más de 50 años, con el hándicap de estar trabajando. La verdad formábamos un buen equipo, y fue un gran apoyo durante este tiempo.

   Ahora que ya he acabado mis estudios universitarios, porque sigo estudiando inglés y francés, espero algún día conseguir comunicarme en estos dos idiomas, pienso que ha finalizado una etapa, y comienza otra. Por ello he decidido encuadernar todo lo publicado durante este tiempo y comenzar con uno nuevo blog donde seguir mejorando la gramática y la ortografía.

   Espero no tardar mucho en tener un nuevo “MIS COMENTARIOS II”.



lunes, 16 de diciembre de 2019

EXPERIENCIA COMO FIGURANTE

Mi experiencia como figurante de TV fue en la serie la PESTE. Vinieron a Utrera, al teatro, a realizar un casting, como el teatro esta cerca de casa, pues allí que me fui, había una cola considerable, tanta que me dio tiempo a rellenar un impreso en el móvil que yo no había rellenada y donde me tenían que dar un número, mi número para el casting.

Bueno pues el casting consistía en hacerte varias fotos, de frente y de perfil, y a casa a esperar que me llamasen si daba el perfil.

Le comente a varias amigas lo del casting y algunas se animaron y fueron al teatro.
Cual sería mi sorpresa cuando al cabo de unas semanas me llamaron por teléfono y me preguntaron si estaba interesada en salir de figurante en la serie de la PESTE, yo exultante de alegría dije que si, por su puesto que si, por lo tanto me dieron cita para la prueba de vestuario en Sevilla. Bueno pues allí que me plante.

Mi ropa, bueno, nada elegante, toda en tonos oscuros, con pañuelo en la cabeza, el cual siempre me lo colocaban de forma diferente cada vez que iba a rodar, yo era mujer pueblo.
Mi primer día de rodaje, fue el Coria del Rio, al lado mismo del rio, un frío que hacia, echando agua al suelo para que hubiese barro. Era curioso, cuando nos vestíamos, nos teníamos que caracterizar, es decir, nos ponían mucha mugre en la cara, en los brazos, incluso en las piernas y eso que llevábamos faldas largas, y luego nos echaban polvos en la ropa en el pelo, en los zapatos, éramos pura mugre, menos los señores que iban muy bien vestidos.

Ese día me toco limpiar pescado. De tantas tomas como se hicieron, tenía a los pobres pescados descuartizados, ya no sabía por donde meterles el cuchillo, y las manos llenas de escamas y con un olor a pescadera que no os quiero decir nada, jajajjajaj.
En los descansos nos daban unas mantas para que no pasásemos frío, agua refrescos, café.... teníamos de todo.

Los siguiente días de rodaje fueron en Utrera, en Coria del Rio y en Sevilla, en la casa Pilatos, donde cambie de persona, de mujer de pueblo subí un escalafón y me pusieron de plañidera, pero vamos el vestuario igual de lúgubre que el de mujer pueblo.

He de decir que trabaje junto a los protagonistas, conocí a muchos compañeros y compañeras que se dedicaban a ir a todos los casting y habían trabajado en muchas series, en el algunas películas y en programas de televisión. Hay todo un mundo detrás de los figurantes.

Bueno curiosidades, cada vez que rodábamos,  la ropa era impregnada de ese polvo negro, al igual que nosotros, con la salvedad, que nosotros nos lavábamos después del rodaje, pero nuestras ropas y las mantas no, con lo que nos os quiero contar como estaba la ropa, cada vez más negra, sucia y tiesa. Una vez, al rodar varios días seguidos, se nos mojaron los zapatos, ya que echaban mucha agua al suelo para embarrar las calles, bueno pues al día siguiente nos tuvimos que poner los zapatos mojados, aunque intentaron sacarlos con las estufas y las mantas llenas de todo, cera, maquillaje...

Fue una experiencia, ves todo lo que hay detrás de un rodaje, la de tomas que hay que repetir por cualquier tontería, o para coger una toma que dura un minuto desde diferentes ángulos, o realizar el mismo plano más cerca, fue interesante, aunque no se si me veré en la serie, ya que es muy oscura y las mujeres pueblo se ven en multitud, pero creo que mi espalada se vera, si sale esa toma, yo le compraba un huevo a uno de los protagonistas.

Algunas fotos, no sé si se me reconocerá jajajajjaja.