sábado, 17 de septiembre de 2016

SIN COMENTARIOS

Hace unos días que una tristeza o melancolía me invade.

Cada día mi cuerpo me da señales de que el tiempo está pasando y ese tiempo pasado lo notas cada día más.

Mis hijos han crecido mucho se hacen mayores, van a la universidad, salen con sus amigos de fiesta, se van solos a Trajano, ya no me necesitan.


Bueno pues todos nos hacemos mayores, ya no los coges en brazos son ellos los que te cogen a ti, ahora eres tu la que miras hacia arriba para verles los ojos.

Han pasado los años y notas todos esos cambios en ellos, son hombres, pero cuando te miras te das cuenta de que tu no te haces mayor tu estas envejeciendo, aunque no lo quieras reconocer.

Cada día cuesta más levantarse de la cama, cada día hay un dolor que se acentúa un poco más,
cuesta más hacer cosas que antes las hacías sin pensar, te cansas cada vez más en el día a día.
La espalda se resiente cuando te agachas, tus pierna ya no se flexionan como antes, tu vista está cada ves más cansada, cada vez te pareces más a tu madre y menos a aquella jovencita.

Aunque tu espíritu se sienta joven el cuerpo muchas veces no acompaña a esa juventud, por mucho que queramos los años pasan y pesan.

Pero bueno, no es cuestión de agobiarse sino de ver todo lo positivo de las diferentes etapas de la vida por las que vamos pasando, de adaptarnos a ellas, de hacer lo que el cuerpo nos permita y disfrutar de ello.



jueves, 1 de septiembre de 2016

A modo de experimento, les pedí a mis hijos que hicieran una redacción sobre mi. Quería saber que pensaban.

Al leer sus palabras me encontré con una visión que no era la esperada por mi , pero es lo que piensan ello. Estas son sus palabras tal y como las escribieron.

Javi, 19 años.

Que pienso sobre mi madre.

Mi madre nos trata bien y es buena con nosotros, con migo y con mi hermana, aunque a veces se pasa o tiene arrebatos inesperados.

Esta muy obsesionada con el orden, no soporta ver cosas por medio y en parte la entiendo, pero solo esta desordenado mi cuarto, mi espacio y me gustaría que en ese aspecto no fuera tan estricta.

A veces me ve como el niño pequeño que ya no soy, como por ejemplo con el alcohol, supero la mayoría de edad y aun así es contraria  a que beba cuando esta ella delante, cuando yo nunca he tenido problemas con la bebida y se controlarme.

Me gustaría que confiara más en mi. Soy consciente de que no soy el hijo perfecto, pero no soy ni de lejos el más malo.

Aun con sus defectos se la quiere, porque madre sólo hay una.

Diego Pablo, 15 años.

Cosas buenas sobre mi madre:

Siempre se preocupa por mi, siempre sabe cuando me pasa algo.

Es muy optimista y siempre busca una solución a lo que sea.

Me lleva en coche a entrenar en invierno.

Cosas malas:

Hay veces que se preocupa en exceso y eso me enfada porque siempre salgo con el equipo y siempre vamos al mismo sitio y parece que no se da cuenta.

Es una obsesa con la limpieza.

Eres muy bajita y muy pesa.

No te gusta ir demasiado a Trajano.

Bueno esto es lo que piensan mis niños de mi, como dije antes no es lo que esperaba, yo me veo diferente, siento diferente.

Quizás ellos me ven como su madre, no como una persona, quizás yo también veía a mis padres como eso, como padres y no como personas, puede que no valorase su trabajo y su esfuerzo igual que ellos no valoran el mio.

Es triste darte cuenta de que ya estas más cerca de tus padres que de tus hijos, no sé si me explico.

Aunque soy muy diferente a como era mi madre a mi edad, soy una madre y como tal me ven mis hijos. Ahora comprendo muchas cosas que antes no entendía, pero me da mucha tristesa esa incomprensión y esa poca valoración de todo lo que hacemos, de todo lo que sentimos de todo lo que necesitamos, no se dan cuenta, no nos entenderán hasta que ellos sean padres igualmente y pasen por esta fase, una de las fases por las que todos pasamos.

Ellos piensan que nunca fuimos niños, adolescentes o  jóvenes, ellos siempre nos verán como sus padres. No nos damos cuenta que todos, o casi todos, pasamos por las mismas fases, sólo nos damos cuenta cuando estamos en ellas, cuando convivimos con ellas y vemos como el paso del tiempo se refleja en nosotros, en nuestros hijos, en nuestra vida, en todo lo que nos rodea.