miércoles, 26 de febrero de 2014

MI MARATON

Después de dos días de haber hecho mi primera Maratón, tengo la necesidad de contar mi experiencia personal, mis sensaciones, mis miedos y todo lo que he sentido antes y después de ese gran día, mi gran día.

La Maratón, para mí, era algo casi inalcanzable, algo impensable, demasiado grande para  que yo pudiese realizarla. La he vivido desde fuera durante varios años, y al ver esa gran masa de personas corriendo, viendo sus caras de sufrimiento, parándose cuando sus cuerpos ya no daban más de sí, era algo que me superaba, les admiraba, desde el primero al último, pues para mí, toda persona que la realiza sea cual sea su tiempo es una persona con una fuerza de voluntad increíble.

Le tenía un miedo y un respeto muy grandes a esta prueba. Pensaba que nunca tendría el valor de llevarla a cabo, pero los ánimos de las personas que me rodeaban, me animaron a intentarlo, como Tere, la primera maratoniana utrerana, que me decía "si se puede", y me dio ánimos hasta el último momento, o la de  mi compañera de entrenos,  Carmina, siempre incansable, animándome a superar el cansancio de esas salidas de larga distancia donde daba tiempo a contarnos muchas, muchas cosas, y al final el cansancio daba paso al silencio y la concentración para poder acabar esa jornada de entrenamiento, jornadas de lluvia, viento o frío, ya que era obligatorio prepararse para esta gran prueba.


He de confesar que me quejaba mucho, pero ella siempre animando. Admiro su fuerza de voluntad y sacrificio, pues se enfrenta a cualquier prueba, ya sea lloviendo, granizando o con un tiempo huracanado, da igual que haya barro, nieve o asfalto, pero ahí está ella siempre, acabando con unos resultados muy buenos.


Tampoco me quiero olvidar de Diego. Me llevó al podólogo para que me hicieran unas plantillas nuevas, me llevó casi obligada a la fisio para quitarme un poco el dolor y me regaló unas super zapatillas para que corriesen solas. Cuando acabé la maratón me dijo: "¡Bien, muy bien! Lo has conseguido, tu primera y última maratón".

La noche antes de la maratón, imagino que como todos, no pude dormir bien, los nervios y las expectativas, no sé, pero estaba muy ilusionada. Llegamos con tiempo, pues éramos un nutrido grupo de utreranos, muchos de los cuales debutábamos en está prueba. Hacía un poco de frío, o mucho frío por los nervios. Nos hicimos las fotos de rigor en la salida y nos fuimos incorporando a nuestros respectivos cajones de salida.



Cuando salí, tenía miedo de no acabar, pero a la vez estaba muy contenta por estar participando en una gran prueba como es la Maratón. Me fui animando a mi misma todo el recorrido,  quería hacerlo sola por temor a tener que parar, así que desde el principio fui restando kilómetros conforme los iba superando. Cuando bajé de los 40, ya me quedan menos de cuarenta, vamos, sólo me quedan 30, ya he pasado la media, esto está hecho, en el treinta pensé, cuándo me llegará el muro, cuándo me dará el bajón. Pero pasó el 30, y me animaba diciéndome, esto lo acabo aunque sea a rastras, a por todas. En los últimos diez kilómetros me acordaba de la canción The Final Countdown (el final de la cuenta atrás), y seguí dándome ánimos,  Rosalía esto esta acabado, me acordaba de mi amiga Tere  y de su "si se puede", lo estamos consiguiendo, animo que tu puedes, y está canción me acompañó casi hasta el último kilómetro.



Los tres últimos kilómetros fueron los más duros, quería llegar, ya estaba allí.  Deseaba correr más rápido de lo que me permitían mis piernas cansadas y doloridas por el esfuerzo, pero cuando entré en el estadio, la gente animando, mis piernas volaron hacia la meta: ¡lo conseguí! ¡acabe mi maratón! Estaba eufórica, feliz, era mi gran día, todos mis miedos se habían disipado, durante unos segundos me costó respirar, era tal lo que sentía, la emoción que me embargaba que el aire no llegaba a mis pulmones, pero sólo fueron unos segundos, en esos momentos sentía que podía realizar cualquier cosa que me propusiese. Tenía unas sensaciones increíbles. Creo que ha sido mi mejor carrera.

Diego me esperaba en la meta, me abrazó, me besó, fueron unos momentos inolvidables, emocionantes y muy intensos para mi. Son momentos que nunca olvidare.

Hizo un día genial para correr, la gente animaba por todas partes, grupos tocando en varios puntos de la carrera animando a los participantes, gente utrerana animando a los suyos, como Margari, Pepi, Puri, la familia del Pepe Sosa o la de Palma, y un fotógrafo sin igual como es Antonio Rodríguez, se recorrió la maratón fotografiando a todos en su bicicleta y ayudando a quien lo necesitase, como el detalle de dar sus calcetines a un amigo que tenía problemas con los suyos. Es un crack, y creo que él acabaría tan cansado como yo.

Por mucho que te digan o cuenten, es una experiencia que tienes de vivirla en primera persona. Cada uno es un mundo, con sentimientos, pensamientos y sensaciones diferentes a los tuyos, por lo que la experimenta es diferente para cualquier persona. 



Recomiendo hacer la Maratón a todo el mundo. Es un recorrido tan bonito, con tanta animación, que merece la pena hacerla una vez en la vida. Hay que sentir que aquello que nos parece imposible se puede lograr. Como dice mi amiga Tere "si se puede".












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