En estos días de cuarentena hay veces que tengo ganas de reír, otras de llorar y otras de gritar, gritar muy muy fuerte y sacar toda la angustia que tengo en mi interior.
Lo que esta provocando este virus llamado COVID-19 en todo el mundo, esta parada en toda actividad, el tener que ver a tus seres queridos a través de videollamadas de vez en cuando, quedar con amigos a través de otras métodos tecnológicos, pensar en todas esas personas que mueren a diario, en todas esas personas que están viviendo este coas en primera linea, en todo lo que ha cambiado nuestra vida en estos días.
Se que hay muchas personas anónimas que están ayudando para que esta situación sea más llevadera para todos, restaurantes que hacen menús para todas aquellas personas que sean quedado sin trabajo y lo están pasando mal, otras personas llevan medicinas y comida a los mayores, población de riesgo, para que no salgan de sus casas, otras que han fabricado protecciones para los sanitarios, ya que están faltos de ellas al escasear en estos momentos, y son muy importantes para protegerlos del contagio del virus.
Mis pensamientos van dirigidos sobre todo a los sanitarios que exponen sus vidas para tratar de salvar la vida al mayor numero de personas, en el dolor que deben sentir cuando ven morir a tantas personas diariamente sin que puedan hacer más de lo que hacen, en ese agotamiento y sufrimiento día tras día, semana tras semana, no se si tienen tiempo para desconectar de todo lo que esta sucediendo a su alrededor. A pesar de toda su situación tan precaria, conocidas por todos, siguen al pie del cañón, salvando vidas, aplaudiendo a cada persona que sale del hospital curada de este virus, que salen a la puerta de los hospitales a aplaudir cada día, que se marcan un baile si es necesario para animar a todo el que este a su alrededor. Dicen que nuestra sanidad es una de las mejores del mundo, nuestros dirigentes no se si lo saben.
Espero que se den cuenta, tras todo lo que ha provocado este virus, que la sanidad es uno de los pilares más importantes que tiene un país, además de la educación o la justicia. Debemos proteger los pilares que hacen a un país prospero y fuerte ante situaciones imprevistas que pueden surgir cuando menos se espera. Espero que cuando hagan los presupuestos tengan en cuenta lo que es primordial de aquello de lo que se puede prescindir.
Si nuestros sanitarios siguen luchando y no se rinden, nosotros seguiremos quedándonos en casa, tampoco nos rendiremos, entre todos lo lograremos.
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