domingo, 10 de febrero de 2013

Desde que tengo uso de razón siempre he visto libros a mi alrededor, lo primero que me enseñaron fue a leer, a raíz de ahí me abrieron un mudo de posibilidades: culturales, fantasía, los libros te dan la posibilidad de perderte en cualquier lugar del mundo, de viajar a los lugares mas recónditos  e imaginar que puedes realizarse cualquier cosa que desees.  Me gusta la lectura y suelo leer bastante cuando puedo.

Este año me han regalado un libro digital y la verdad no me acostumbro a su lectura, a su tacto, puede que con el tiempo me acostumbre a el, pero de momento es raro leer algo que no huele a nuevo o viejo según sea el libro, algo que apenas pesa y tan pequeño,  da un poco la impresión de frialdad.

No es lo mismo sentarte delante de una chimenea con tu libro de toda la vida que con una tabla. No se si digo esto porque toda esta nueva tecnología me ha pillado un poco mayor y me asombro de todo lo que se puede hacer con un ordenador, un teléfono móvil o con cualquier otro aparato, pero lo cierto que es que me gustan los libros de toda la vida, aunque sean ladrillos y ocupen mucho espacio.

Creo que toda esta nueva tecnología es muy buena a la hora de estudiar, pues en poco espacio lo concentras todo, puedes consultar cualquier cosa en un momento dándote la respuesta en un segundo, son muchas las ventajas sobre todo en espacio y en ahorrar madera pero a la hora de leer un buen libro sigo pensado que el formato en papel es el mejor.

Espero que no desaparezcan nunca los libros.
 

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